Estrangular

Me siento estrangulado,

Entre unas manos invisibles

Que me aprietan hasta asfixiarme,

Hasta el ahogo irremediable.

Mientras me estrangulan

Veo pasar mi vida,

Escucho su banda sonora

(Introitus y Kyrie)

De lágrimas y alguna risas,

Como un extraño Dies Irae,

Como una misa miserable

Donde el sacrificio es cruento,

Donde el cordero soy yo.

Los dedos presionan mi garganta,

El pulso se acelera,

Anoxia que me hace recordar la tristeza

Que marcó mis días.

Trato de zafarme,

Intento rezar para ser feliz...

Da igual vivo que muerto,

Da igual,

Lo realmente importante

Es sonreír y ser feliz.

La hipoxia me relaja.

Sé que voy a morir.

Por fin llega el fin,

Al fin llega el principio.

Sonrío.

Soy feliz.

Se acabaron las mezquindades,

Se acabaron los mentecatos,

Se acabaron las madrugadas,

Los fríos y las frustraciones.

Se acabaron.

No lucho,

Ya no.

Suena la Lacrimosa.

La felicidad me invade.

Mi cuerpo ya no esclaviza mi energía.

Los dedos parecen masajearme en mi camino.

Llega el Domine Jesu.

No creo en Dios,

Salvo en la parte de Dios que hay en mí...

Y Le veo,

Por fin creo en Él,

Por fin creo en mí.

Los falsarios que viven de arrojarle

Quedan atrás,

Camino de las tinieblas

Y yo,

Recién estrangulado,

Con los dedos hollando aún mi gaznate,

Me siento bien.

Süsmayr hizo bien su trabajo,

Río y lloro de dicha

Al oír su Hostias.

Ya no tengo que rezar,

Sólo gozar y saber,

Porque la Libertad la otorga la Sabiduría.

Y la Sabiduría te hace gozar.

Agradezco el estrangulamiento.

Ya he muerto.

Por fin alcanzo el Lux Aeterna.

Gracias Amadeus,

Gracias Franz,

Gracias dedos asfixiantes.

Soy feliz.

Feliz.