Monday, July 16, 2018

Me había instalado en la inexactitud
De tu mirada.
Me había acomodado en el comedor
De tu alma.
Me había acostumbrado a las costuras
De tu sonrisa.
Y ahora... ¿qué?

Me había enternecido en el entorno
De tu corazón.
Me había adormecido en el dormitorio
De tus deseos.
Me había enamorado del amor
De tus manos.
Y después de todo... ¿qué?

Ahora me desahucias enfurecida,
Ahora arrasas mis recuerdos,
Ahora haces piras con mi cariño...
¡Qué triste! ¡Qué pena!

Y después de todo queda nada,
Y después de todo el silencio,
Y después de todo un pero...
¿Pero no te das cuenta de que te amo?

Me había enganchado al garfio
De tu dulzura.
Me había atrincherado en el trinquete
De tus vientos.
Me había decidido a decir dechados
De tus virtudes.
Silencio... ¿o qué?

Me había enriquecido en la ricura
De tu verbo.
Me había embrutecido en la brutalidad
De tu cama.
Me había acariciado en la cara
De tus labios.
Amarte... ¿O qué?

Silencio por cada una de tus faltas,
Silencio ante tus insultos vacíos,
Silencio a cada una de tus afrentas.
¡Qué pena! ¡Qué triste!

Amarte es lo mejor que hice,
Amarte, lo mejor que me ha pasado.
Amarte en cuerpo y alma.
¿Acaso no te das cuenta de que te amo?

Imagen relacionada
(Foto: Lenie Riefenstahl. Mujeres nuba)

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