Y te vas,
Y me quedo...
Siempre permanezco,
Entre quedo, ciego y muerto.
Y ya no sé,
Ni voy a saber,
Qué hacer con esa elipsis
En clave de sol de los besos
Que nunca te daré ya.
E ignoro,
Por siempre jamás,
Adónde se esconderán
las metáforas de lo cotidiano
En los sueños eternos
Que sólo surgen al dormir contigo.
Y anhelo,
Ya eternamente lo haré,
El verso sencillo
Que se encuentra
Tras el dobladillo de tu falda,
O rozando tu areola izquierda,
Sobre tu bello corazón.
Y ya no podré,
Nunca lo haré ya,
Permanecer en clave de sol
Bajo la elipsis cardíaca
Del último verso
Nacido de una metáfora enferma
Por rutinaria o por narcoléptica
Bajo el dobladillo de tu pezón...
En el que sólo pone: aún te amo.
(El Eremita. Roberto Ferri)
Y me quedo...
Siempre permanezco,
Entre quedo, ciego y muerto.
Y ya no sé,
Ni voy a saber,
Qué hacer con esa elipsis
En clave de sol de los besos
Que nunca te daré ya.
E ignoro,
Por siempre jamás,
Adónde se esconderán
las metáforas de lo cotidiano
En los sueños eternos
Que sólo surgen al dormir contigo.
Y anhelo,
Ya eternamente lo haré,
El verso sencillo
Que se encuentra
Tras el dobladillo de tu falda,
O rozando tu areola izquierda,
Sobre tu bello corazón.
Y ya no podré,
Nunca lo haré ya,
Permanecer en clave de sol
Bajo la elipsis cardíaca
Del último verso
Nacido de una metáfora enferma
Por rutinaria o por narcoléptica
Bajo el dobladillo de tu pezón...
En el que sólo pone: aún te amo.
(El Eremita. Roberto Ferri)
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