Ya no lanzo cuchillos de punta
Ni corto el viento con su acero.
Ya no creo en dios verdadero
Ni temo su parte iracunda.
Ya no rozo tus labios carnosos
Con las yemas de mi deseo.
Ya nunca te sueño o te veo
Sólo me quedan de ti los posos.
Ya no necesito vivir más
Ni seguir con este sufrimiento.
Ya no quiero sentir el viento
Ni en el rostro ni detrás.
Sólo quiero morir en un instante
Y que el mundo sea mi pasado.
Sólo deseo morir a tu lado,
Aunque parezca algo delirante.
Sólo deseo dejar de llorar
Porque hice méritos para ser feliz.
Sólo necesito saber el matiz
De tu forma tan rara de amar.
Así que, adiós a esta vida cobarde,
A esta continua mentira,
A este muladar, a esta pira
Donde sólo el justo huele y arde.
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