En mi Cielo
Desde mi Cielo,
El Cielo,
Ése que un día fue nuestro Cielo,
O eso creí yo,
Observo como te alejas,
Como tu estela se va
Como antes se fue tu sonrisa,
Como antes el sonido de tu carcajada,
Como antes se diluyó tu amor
(Si es que alguna vez lo hubo).
Ahora, en este Éter solitario,
Que por solitario dejó de ser solaz,
Que por solariego se mudó a Infierno,
A las nueve ruedas de Dante,
Pero sin Virgilio,
Sin esperanza de Purgatorio,
Porque al entrar aquí,
En este Cielo sin Beatriz posible,
La única leyenda sobre la puerta
Es
"Abandonad toda esperanza
Vosotros que entráis".
Así que mi Cielo,
Sin ti,
Es Infierno
Y ya no lo quiero, no.
Ya no deseo permanecer en Él
Porque sin tu estela,
Tu sonrisa,
Tu carcajada
Ni tu amor
Puede ser Cielo,
Puede existir Cielo alguno,
Puedo existir yo.
¡Qué lástima que los dioses,
Mi amor,
Estén siempre de humor tan excelente!
Y lo están
Porque me obligan a permanecer en mi Cielo,
A pesar de que ya es Infierno,
Para esperarte, una vez más,
Y musitarte un te amo
Como éste que te envío acá:
Te amo.
1 Comments:
Leo este poema tan tuyo "en mi cielo" y me pregunto- ¿dónde está tu cielo? ¿Cómo se llega él? ¿sabré encontrarte si alguna vez entro en él? ¿y no lo habrás abandonado, para entonces, cansado de esperar a aquella cuya ausencia lo convierte en infierno?
Seguro que ella, la Princesa que un día creíste compartir tu cielo, nunca ha estado allí y que te ha amado, aún te ama, en tu frágil mundo de cristal.
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