Tuesday, March 04, 2008

Bueno


¡Qué bueno que llegaste!

¡Qué bueno que estés!

¡Qué hermosa tu amistad!

¡Qué hermosa tu persona!

¡Qué dulce tu sonrisa!

¡Qué dulce tu mirada!

Gracias,

Gracias,

Mil gracias.


Ojalá tuviese un bosque

Para perderme allí

Y no en tu mirada.

Ojalá fuese mío un río

Para helarlo y patinar

En derredor de algo que no fueses tú.

Ojalá creyese en un dios

Al que rezar

Y no en tu divino ser.

Gracias,

Gracias,

Mil gracias.


Lo bueno de todo esto,

Lo realmente bueno, amiga,

Lo único,

Es que existes,

Que respiras,

Que estás.

Que me salva todo esto

Porque existes,

Respiras,

Estás.

Gracias,

Gracias,

Mil gracias.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Lo peor de conocer personalmente, íntimamente, al autor es que cuando se le lee es muy difícil separar nuestras percepciones de él de nuestras percepciones de lo que realmente escribe.
Yo gozo de esta peor parte porque conozco a Carlos un poco, afortunadamente solo un poco, y no sé si bien, pero lo suficiente para leer entre líneas, para imaginarme cosas, para fantasear incluso con que esa persona cuya amistad canta, soy yo. Y me lo creo porque es un hermoso himno a la amistad, y no importa quién lo haya escrito, no importa en quién pensaba mientras lo escribía, importa que yo gozo de buenos amigos a los que podría cantarles eso, que me podrían decir las palabras de Carlos, con que solo supieran.
Ojalá pudiera yo decirte lo mismo, Carlos. Ojalá pudiera decirte un único de tus versos: "¡Qué hermosa tu amistad!"

9:42 AM  

Post a Comment

<< Home