Las noches serán siempre frías,

Las tardes versos buscando ser prosa,

Las carcajadas perseguirán tus chistes...

Te perdimos, Toño, te perdimos.

Tus coletillas son ahora simples ecos

Que quienes te quisimos coreamos

Entre la risa sin ganas y el dolor latente...

Te perdimos, Toño, te perdimos.

Ya no habrá ramales que agarrar,

Ni chotonas surcando la calle,

Ni más rivales dialécticos a los que apabullar...

Te perdimos, Toño, te perdimos.

Ahora nos queda el silencio,

Nos mece el recuerdo,

Nos llama la pena.

Ahora somos huérfanos,

Somos Diógenes en busca de un hombre

(Y ese hombre eres tú).

Ahora sólo nos queda vivir,

Respirar hasta volver a gozar

Como nos enseñaste.

Ahora tu vida se transustancia en obra,

En filosofía positiva y posesiva

Para los que acá quedamos.

Y, así, amigo mío,

Amigo nuestro,

Jamás te perderemos,

Jamás dejarás de existir,

Jamás cundirá el desaliento

Porque viviremos cada día

Como el último,

Cada minuto,

Cada instante,

Cada momento,

Sin zozobras ni futilidades...

Sólo con tu recuerdo,

Toño,

Sólo con tu sonrisa.

De modo,

Polemista,

Hostelero,

Abogado de pobres y sus causas,

Motero,

Jazzman

Y aficionado al rugby;

Que nunca más te perderemos,

Nunca diré que no estás,

Nunca ocultaré tu presencia,

Nunca olvidaré tu amistad.

Hasta otro rato, Toño, hasta otro rato.

Hasta que otro brindis nos una allá

Donde podremos gritar sin rubor,

Como hacíamos en tu bar:

"Salud y República".