¿Y dónde estás tú?
¿Y dónde estás tú?
¿Y dónde quedo yo?
¿Entre marismas desecadas
Y desiertos de tono gris azulón?
¿Dónde aquellos sueños
Que odié tanto tener?
¿Dónde aquella sonrisa
Que jamás podré odiar?
Dime dónde, pero dímelo,
¿Dónde estará Dios
Cuando me quiten los clavos?
¿Dónde tu parte de Juan
Y dónde mi parte de Judas?
Dime dónde y te dejaré en paz,
La misma paz que Dios me niega.
Maldito don del Arte,
Maldito asceta de la belleza.
Yo te maldigo por ser tu esclavo,
Dime dónde, don que atormenta.
Si me lo dices prometo servirte,
Ser, aún más, tu lacayo,
Ser esa pluma al viento,
Ese efímero don nadie
Que para mí reservaste
Mientras encumbras basura,
Mudadales que llamas, pomposamente,
Reales Academias.
Dime dónde está mi talento,
Para poder arrancármelo
Y, al menos, vivir un momento.
¿Y dónde estás tú?
¿Y dónde moriré yo?
Entre aspiraciones a nada
Y aplausos ausentes.
Dime dónde estaré,
En qué subsuelo de Jerusalén,
En qué sepulcro de Arimatea,
En qué mentira podrida
Urdida por el mismísimo Dios.
¿Dime dónde?, por favor.
Dime si está frío o caliente,
Como el lúdico infantil,
Y yo prometo sajarlo
Como sajé cada uno de mis sueños
Por ti.
Maldito síndrome de Stendhal,
Maldita Chiesa de Santa Croce,
Maldita Florencia de Dante
Y maldito yo por amarla
Como te amo a ti,
A pesar de la esclavitud
A la que me sometes.
¿Dime dónde estás, maldita?
¿Dime dónde quedo sin ti?
Quizás sólo reste un pelele,
O ya lo soy y no busco espejo alguno
Porque odio el narcisismo
Tanto como te odio a ti,
Tanto como me odio a mí mismo...
Dime, ¿dónde estás tú?
¿Y dónde quedo yo?
¿Entre marismas desecadas
Y desiertos de tono gris azulón?
¿Dónde aquellos sueños
Que odié tanto tener?
¿Dónde aquella sonrisa
Que jamás podré odiar?
Dime dónde, pero dímelo,
¿Dónde estará Dios
Cuando me quiten los clavos?
¿Dónde tu parte de Juan
Y dónde mi parte de Judas?
Dime dónde y te dejaré en paz,
La misma paz que Dios me niega.
Maldito don del Arte,
Maldito asceta de la belleza.
Yo te maldigo por ser tu esclavo,
Dime dónde, don que atormenta.
Si me lo dices prometo servirte,
Ser, aún más, tu lacayo,
Ser esa pluma al viento,
Ese efímero don nadie
Que para mí reservaste
Mientras encumbras basura,
Mudadales que llamas, pomposamente,
Reales Academias.
Dime dónde está mi talento,
Para poder arrancármelo
Y, al menos, vivir un momento.
¿Y dónde estás tú?
¿Y dónde moriré yo?
Entre aspiraciones a nada
Y aplausos ausentes.
Dime dónde estaré,
En qué subsuelo de Jerusalén,
En qué sepulcro de Arimatea,
En qué mentira podrida
Urdida por el mismísimo Dios.
¿Dime dónde?, por favor.
Dime si está frío o caliente,
Como el lúdico infantil,
Y yo prometo sajarlo
Como sajé cada uno de mis sueños
Por ti.
Maldito síndrome de Stendhal,
Maldita Chiesa de Santa Croce,
Maldita Florencia de Dante
Y maldito yo por amarla
Como te amo a ti,
A pesar de la esclavitud
A la que me sometes.
¿Dime dónde estás, maldita?
¿Dime dónde quedo sin ti?
Quizás sólo reste un pelele,
O ya lo soy y no busco espejo alguno
Porque odio el narcisismo
Tanto como te odio a ti,
Tanto como me odio a mí mismo...
Dime, ¿dónde estás tú?
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