Desde que no nos conocemos,
Desde que estás pero no estoy,
Desde que estoy pero no estás,
Desde el estoque que me saja en dos.

Desde que no nos conocemos,
Desde que rezo a un Dios inexistente,
Desde que Dios se hace el verdadero,
Desde que llorar es un quehacer diario.

Desde que no nos conocemos,
Desde que hay canciones que ya no escucho,
Desde que no hay sonido sino es interior,
Desde el sueño que no transubstancia.

Desde que no nos conocemos
Todo es gris a la vista y viscoso al tacto
Hasta convertirse en rojo hemoglobina
Y todo porque ya no nos conocemos...

Ya no.