No hay luz de sábado
En matices intangibles de añil
Si no están tus ojos de caramelo
Mirando las tostadas y el café.
No suena la música a trascendente
Ni los monstruos se vuelven bailarinas
Si no musitas los primeros versos
De la melodía salvaje que somos.
No hay lágrimas más dulces
En matices que titilan mi felicidad
Si no salen junto a las de tus ojos
Como cuando pisamos Burkina.
No rezo a ningún dios verdadero
Que no me haya anunciado ningún gurú
Si no lo veo a lo largo de tu piel
Tanto de tu cuerpo como de tu alma.
Así que, ¿cómo no te voy a mar?
¿Cómo no voy a rezarte en silencio?
¿Cómo no voy a ser feliz?
Si estás desde hace tanto a mi lado.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home