Monday, January 08, 2007

Ojalá fuese el clima
Para cambiar tus vestidos.
En el invierno más crudo
Te llenaría de piel,
La tuya junto a la mía,
Qué mejor calor.
Si fuese la primavera
Te cubriría de flores
Al tiempo que tu epidermis
La convertiría en pétalos
Para deshojar.
Ahora pienso en otoño
Y si fuese esta estación
Te quitaría el calor
Vendimiando cien mil uvas
Para poder bañarte
En su promesa de vino
Que se haría en la barrica
De tu preciosa epidermis.
Y por fin el verano,
Ay, quién fuese estío
Para poder sustraerle
Toda su bondad
Y dártelo a ti todo
Para cubrir con el sol
Los pliegues de tu alma,
Con sus noches estrelladas
Poder besar los de tu cuerpo
Y que al llegar la tormenta,
Nacida del ardor del mismísimo deseo,
Pueda calmar tu sed
Con el agua refrescante
Que nace desde mi cuerpo.
Por eso deseo ser
Las cuatro estaciones,
Las cuatro,
Y, así, estar siempre a tu vera,
Siempre alentando tu cuerpo,
Siempre a tu lado.
A tu lado.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Ser las cuatro estaciones para estar siempre al lado de la persona amada, quizá más deseada que amada, alentando su cuerpo.
Hola Carlos: Bonitas metáforas, originales, a pesar de ser un tema romántico por excelencia y manido. Tú tienes el don de personalizarlo. No comparas al hablante con la primavera, quieres que sea la propia primavera. Sólo falta saber por qué no puede ser primavera para la persona amada aunque no esté a su lado. Distancia, vale. Siempre la terrible distancia.
Y así con todas las estaciones.

Veo en ti lo mejor y lo peor del poeta: lo mejor, lo bien que sabes decir las cosas; lo peor, la sensación que se ve siempre detrás de lo que escribes: la inactividad, como si los protagonistas de tus escritos estuvieran atrapados en un cuerpo inerte que sólo piensa, sueña, desea, anhela, ama.

¿Encontraré poemas de encuentro? Voy a seguir buscando Seguro que me das una sorpresa...

M.

12:09 AM  

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