La sirena salió,
Le brotaron las piernas,
Torneadas por Canova,
Diseñadas por Donatelo.
La sirena me miró
Con sus ojos despiertos,
Con su sonrisa tan viva,
Con el fuego de la vida.
Tanto que me quemé de amor,
Me abrasé de deseo,
Me volví un leño en ese fuego
Y sólo pude musitar
Te amo...
Pero no me escuchó
Porque quería correr,
Quería ver el mundo,
Quería muchas cosas que no eran yo...
Que nunca lo serían
Y lloré sobre esa playa
Y la arena recibió mis lágrimas
Y mi postrer susurro.
Te amo...
Lo demás será silencio
Entre la sirena, sus piernas y yo.
Lo demás será futuro
Y versos del más puro amor.
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