Saturday, December 05, 2009


Recuerdo el instante tanjante,

Rotundo y redondo,

Rociado de armas de mujer,

En que robaste mi corazón.


Ante mi mirada maravillada

Abriste tu boca de almíbar,

Aduciste aburrimiento absoluto...

Y robaste mi corazón.


Quise conocer más de ti,

Qué hacías, qué sabías,

Quién amabas y el porqué:

Ya habías robado mi corazón.


Una mala respuesta,

Una pésima pregunta,

Un beso para sellar lo evidente.

Ya tenías como propio mi corazón.


Entonces comenzó mi idolatría,

Entre besos y caricias

Eternamente me condené;

No sólo mi corazón también mi alma robaste.


Lacerado hoy estoy,

Lívido continúo y continuaré.

Lo sé: te amaré toda mi vida ya que

Tuyos son para siempre mi alma y mi corazón.

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