Recuerdo el instante tanjante,
Rotundo y redondo,
Rociado de armas de mujer,
En que robaste mi corazón.
Ante mi mirada maravillada
Abriste tu boca de almíbar,
Aduciste aburrimiento absoluto...
Y robaste mi corazón.
Quise conocer más de ti,
Qué hacías, qué sabías,
Quién amabas y el porqué:
Ya habías robado mi corazón.
Una mala respuesta,
Una pésima pregunta,
Un beso para sellar lo evidente.
Ya tenías como propio mi corazón.
Entonces comenzó mi idolatría,
Entre besos y caricias
Eternamente me condené;
No sólo mi corazón también mi alma robaste.
Lacerado hoy estoy,
Lívido continúo y continuaré.
Lo sé: te amaré toda mi vida ya que
Tuyos son para siempre mi alma y mi corazón.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home