En el arrebol de la tarde
Te sueño despierto,
Sobrevuelas mi alma,
Embargas mi cuerpo.

Caen lágrimas de tormenta
Y yo no puedo dejarme de ti,
Con tu revoloteo sensual
Y el amor que me haces sentir.

Suena un trueno que me saca
Un instante de ti,
De tu sonrisa pintada por un ángel,
De tus ojos reflejo del Empíreo.

Vuelve a llover con fuerza
Y yo a llorar por ti,
Por todo lo que significas
Aunque no estés.

Arrecia la tormenta vespertina
Y tú te aferras a mi ser,
Aunque ya no en mi estar
Y permito a mi alma morir.

Se ilumina el cielo por un rayo
Como iluminamos el mundo los dos
Cuando nos sonreíamos
El uno al otro y sobre el otro.

La tormenta termina de repente
Pero tú no te vas,
Sigue la imagen de tu sonrisa
Sempiterna, eterna... y tan tierna.