A un Dios verdadero,
Si existes, si eres,
Si nos hiciste a Tu imagen,
Si nos esculpiste a Tu semejanza,
Si todo lo que suena a mentira lo es
Y Tú, en realidad, te suicidaste
Al ver, oler y saborear
Que estás lleno de ambición,
Codicia y odio... Como nosotros.
Si el éxito está reservado
A asesinos a los que supuestamente elegimos,
Subnormales con una pelotita
Y rameras analfabetas,
Por no hablar de tus autoproclamados ministros.
O si Tú enloqueciste
Y sólo somos parte de dicha locura.
Cualquiera que sea el caso:
Si te suicidaste regresa,
Valor se te supone,
Si enloqueciste asesa,
Idéntico motivo...
Se supone que eres todopoderoso,
Se supone que nos amas,
Se supone que hay un paraíso,
Se supone que el libre albedrío
Es para buscar el Cielo,
Pero nos jalonas la vida
De hijos de puta,
Y de la gran puta.
De prohibiciones absurdas,
De limitaciones estériles,
De palabras huecas,
De cerdos incomestibles...
¿Dónde quedas Tú?
¿Dónde el Dios verdadero de mis mayores?
¿Dónde la idea de Dios?
Así que:
Si no lo haces no me veo obligado,
Ni moral ni socialmente, a Ti,
A las normas de tus supuestos administradores,
A las sandeces que huelen, saben y son mentira.
Ésta es mi oración para ti,
Que no escuchas,
Que ignoras,
Que pasas,
Que, insisto,
O estás muerto
O estás loco...
Si eres de verdad,
Si alguna vez lo fuiste,
Vuelve de la insania
O del reino de Hades,
Asume tu reino
O elimina a tanto gurú.
Amén.