Nunca imaginé el silencio
Como el principio de todo,
Sino un murmullo moribundo
Que daba paso a la vida.
Pero llegaste tú,
Muda, absorta y sonriente
Y mandé callar al murmullo
Porque quería vivir.
Vivir a tu lado, en tu regazo,
Donde dios invita a quedarse
Y el diablo a hacernos gemir
Para celebrar la existencia.
Y me diste silente un hogar
Y hasta el crepitar de la chimenea
Me pareció una armonía mozartiana
Porque la vida eras tú.
Lo demás no existe,
Ni deseo que lo haga
Y menos en la mudez
Que me has dejado ahora...
Tras el portazo
Alois Glogar (de su colección Memento audere semper)
Modelo Alicia
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