Ya no te tengo,
Aunque lo mejor es que nunca,
Mi vida, te tuve.
Ahora te recuerdo,
Y lo más bonito es que siempre,
Mi niña, te recordaré.
Te sigo sonriendo,
Aún hoy lo maravilloso es que sé,
Mi amor, que te seguiré sonriendo.
Ya no hay recuerdos turbios,
Los mismos que tratase de creerte
Tras creártelos.
Ya no hay dioses ni monstruos,
Sino figuras de barro y sombras
Que modelaste.
Ya nada es igual
Y siempre será diferente
Hasta ser gélido.
Pero te sigo sonriendo,
Y lo mejor es que lo haré,
Aunque no te lo creas: siempre.
Moriré con ese gesto sincero
Y sin ninguna acritud ni atisbo,
Mi preciosa, seguro.
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