Oceánica impotencia en la que me ahogo,
Lugar de imprecaciones para sordos,
Anómalo rincón donde nunca está Dios:

Cómo odio esta vida... 

¡Cuánto la amo!

Desierto gélido en el que me seco,
Paraíso para mediocres engreídos,
Misántropa paleta sin colores que sonrojan:
Cómo odio a esta gentuza...

¡Cuánto te amo!

Parnaso para poetas que no lo son,
Academia de analfabetos con cátedra,
Patético intento de brillo de gente mate:
Cómo odio mi trabajo...

¡Cuánto aguanto por ti!

Así que peno sin esperanza,
Porque esperar es penoso,
Pienso en poemas de partida:
En olvidar todos estos años yermos...

¡Todo lo hago por amor!

Adónde caminan mis ojos,
No lo sé,
Miento,
No lo quiero saber...
Porque buscan tus pechos
Y sonrisa,
Tu sonrisa tras mirar tu escote.

Ahora son recuerdo en mil píxeles,
O quizás saudade de viejo,
Porque no los tengo:
Ni una ni otro,
Ni sonrisa ni pecho.
Así que me pregunto
Adónde caminan mis ojos.

Porque ahora los cierro
Y buscan incansables
El recuerdo de su sabor trémulo
Y el consentimiento de tu boca
Que no emitía palabras,
Que sólo emitía alegría:
Añoro sabor y esa boca.

Por eso pregunto
Y me engaño
Al preguntar,
Al preguntarme:
Que adónde,
Adónde...
Adónde caminan mis ojos.

Tú, sólo tú, lo sabes.

Me sajas,
Me rajas,
Desgarras,
Y matas mi alma
Tras esa puerta cerrada.

Me cortas
Mi aorta,
La borras
Con esa Gomorra
Que nace de dejarme ex portas.


Tu vida,
Mi herida,
Me duele y admira
Porque no me miras,
Y me sellas a una silla.

¿Tan lejos,
Como del mar los reflejos,
Está mi sentir bello
De tu resuello
Y por eso me condenas al destierro?

Me siento muy solo,
¿Somos un dolo?
O solo yo quien sin decoro
Piensa en amarte bajo un sicomoro
O sobre un lecho lujurioso.

Disiente...
Como siempre,
Si quieres.