Ya no hay tiempo para ver tus vestidos,
Ya no quiero verlos salvo que te vistas de pudor,
Maquillaje y stilettos.

Mi voz se volverá poesía celestial,
Mi voz nacerá para morar en tu alma,
En tu cuerpo y en tu ser.

Uniré mi vida a mi muerte,
Uniré mi sonido a mi imagen,
A mi pulso y mi calor.

Y así te daré,
Y así tendrás,
Todo cuanto soy.



(Helmut Newton - Charlotte Rampling)

Juventud perdida,
Saltáis de la sartén
Para caer en el fuego.
Miráis objetos por el retrovisor
Y no sois capaces de ver cuan cerca están.

Juventud perdida,
Generación echada a la basura
Por los corruptos y sus secuaces.
Miráis y no queréis ver,
No sois capaces de ser más ciegos.

Juventud perdida
Gaita escocesa en lontananza,
Ya no hay quien luche por vosotros,
Miráis a través de una triste pantalla
Incapaces de elegir qué mirar.

Juventud perdida,
A veces hay que sangrar para gozar,
Muchas más de las que os dicen:
La libertad se consigue, no se regala
¿Tan incapaces sois para no verlo?

Modelo tu cuerpo divino,
Le pongo tu sonrisa,
Tus ojos los pinto en un trazo
¡Cuánto me gustas!
¡Cuánto te quiero!

Lijo las curvas y pliegues,
Le pongo mi sonrisa,
Mis ojos se abren al cerrarse:
¡Cuánto me gustas!
¡Cuánto!

Dónde expondré tanta belleza,
Dónde mi más sincera admiración...
¿Quizás en un pequeño poema como éste?
Quizás en ese beso que te robé...
Seguro.

Caso piezas y lloro,
Por decoro y pura rabia,
Por la labia malnacida
De la herida que nos hacen
Quienes pacen en Bruselas...
Que son suelas de Berlín.

Clavo futuros perfectos
Haciendo interfectos y finados
De estos prelados del mal,
Del capital más voraz
Que al más solaz vuelve triste,
¿Cómo diste ese poder a Berlín?

Y pido poder ver su muerte
Con suerte en un cadalso
Donde falsos profetas y mediocres
Con sus ocres pieles y mil rentas
Rindan cuentas al verdugo
Empezando por el tarugo que mora en Berlín.

Acabaré clavando calificativos
Capaces de cortar carne;
Obtendrán trallazos procaces
Proclives al trazo grueso.
Malditos tristes con tijeras
Que exiliáis españoles como expósitos.
Bastardos que vejáis  con bochorno
A la generalidad de una generación.
Me arrancaré la cara sin caricias
Incapaz de acallar la conciencia,
Gritaré graznidos groseros
Envenenados de pura verdad.
Malditos tristes eternos
Que expulsáis éxitos de futuro...

Yo os maldigo...

Os maldigo.