Inflamo de ti mi deseo,
Lo mimo para que nunca se apague,

Fútil. 

Pues tus ojos me hacen abrasar.

Declamo y reclamo tu mirada,
La que me obliga a inflamarme,

Inútil.

Cualquier lucha contra esos ojos.

Proclamo en silencio ese deseo,
Y mi fuego enciende mi alma,

Sutil.

Por uno solo de tus soslayos ya grito.

Y entonces te digo un te amo,
Y con él va todo el fuego y la pasión,

Útil.

Pues con ese deseo alcanzo el Empíreo.

Siempre flotas en el fondo de mi alma,
Siempre buceo en el brillo de tus iris,
Siempre nado en la rada de tu boca,
Siempre que puedo allí moro.

Nunca dejé de flotar,
Nunca me permití dejarlo,
Nunca dejé de buscar esa playa,
Porque no hay agua más límpida que tú.

A veces me imagino sin alma,
A veces me sajo los ojos,
A veces no hay cala ni boca,
A veces vivo sólo en ti.

De vez en cuando me asomo a mi alma,
De vez en cuando me sumerjo en tus niñas,
De vez en cuando nado hasta besar esa orilla carnosa,
De vez en cuando pido más vida allí.

Así que te doy mi alma
Para poder bucear en tus ojos
Y asomar la cabeza sólo al llegar a tu boca
Y siempre morar allí, siempre en ti.

Me clavo en tus ojos y tú no los bajas,
Me vuelvo a meter en tu abrazo,
Recuerdo como propias tus sensaciones
¿Es eso amar? ¿Aún soy capaz?

Maldigo con versos malditos,
Odio con verbos odiosos,
Escupo con asco de esputos
¿Es eso vivir? ¿Aún soy capaz?

Y en medio de esto lloro impotente,
Y en medio de todo me siento vacío,
Y en medio de nada rezumo silencio
¿Es eso sufrir? ¿Aún soy capaz?

Ahora ya no quiero luchar,
Ahora ya no deseo más,
Ahora sólo un traje de madera
Es eso lo que queréis, ¿verdad?