Imerovigli

Sunday, November 12, 2006

Las dos torres de Smokie

Paseo por Breda,
Camino despacio, callado.
Sólo quiebra mi silencio
Un perro,
Éste.
Le llamo,
Le mimo,
Le digo cosas bonitas
Que no entiende.
Me ladra
Poemas perrunos
Con gesto sincero,
Me dice cosas de Breda
Que no entiendo.
Me encanta su mirada,
Tan humana,
Tan diferente a las de los humanos,
Que no puedo por menos,
Ni por más,
Que acariciarle.
Me entiende.
Es maravilloso
Que alguien lo haga
En tierra extraña.
No mis palabras,
Ni mis anhelos,
Sino mis sentimientos,
Mis caricias,
Que morirían estériles
Si no estuviese él
Frente a las dos torres.
Me gusta observar
Su naturaleza,
Sus ojos de miel,
Sus jadeos por una pelota.
Le entiendo.
Sus necesidades
Son mías,
Sus deseos
Son suyos.
Su cariño
Lo comparto
Con esa pelota
Amarilla
Como la atrás dejada
Castilla
En verano.
Pobre Smokie,
Pobre perro
Frente a dos torres.
Jamás sabrá lo que es Castilla
Salvo por mí,
Salvo por mis ásperas caricias,
Mis abrazos tibios,
Mis manos frías
Y
Mis versos crudos.
Nos entendemos,
Por fin,
Nos entendemos.
Él ladra
Y yo acudo
Presto con la pelota,
Para él: su juego favorito,
Para mí: mi añorada Castilla,
Nos entendemos
Frente a las dos torres,
Frente al incierto futuro,
Frente a Dios,
Frente al Estado,
Las dos torres,
Catedral y ayuntamiento,
Frente a su naturaleza perruna
Y la mía animal,
Nos entendemos.
Y yo rezo
A mis dioses,
A mis monstruos,
Para que sigamos así
Muchos años,
Aunque alguno de los dos haya muerto
Y podamos recordar
Siempre esa pelota amarilla,
Esas mañanas juntos
Frente a esas dos torres.

Tuesday, November 07, 2006

Desde el Silencio

Me gusta pensar que no existo.
Que nunca he existido, nunca.
Que soy un accidente
En este océano de ruido mudo,
En este maremágnum de monólogos sucesivos
Donde millones de monos locos
Pugnan por acumular maní,
Plátanos y oro.

Me gusta soñar que soy silencio,
Que soy un disco vacío,
Un libro en blanco,
Un dios sin fieles.

Y es, desde ese silencio,
Desde donde me gusta ver
Las notas que dibujó algún maestro
En el aire,
En la tierra,
En este raro planeta de monos locos,
De pocos cuerdos,
De puertas cerradas,
De oídos sordos.

Desde el silencio me odio,
Desde el silencio me escucho,
Desde el silencio musito un cobarde
Que me grita a mí.

Desde el silencio te llamo,
Desde el silencio te digo,
Desde el silencio te clamo
Y reclamo el amor,
Tu amor:
Para mí,
Para el mundo,
Para los monos locos
Y los pocos cuerdos,
Para que abran las puertas
Para que escuchen
Desde sus propios silencios...

...Desde el silencio.