Imerovigli

Monday, March 31, 2014

Un violinista sin brazos
Toca versos sinfónicos
Con el recuerdo de sus labios,
Y tras su memoria estás tú.

Las notas de un abril lluvioso
Tocadas a silbidos de otoño
Con labios invernales
Para un verano que lleva tu nombre.

Tu belleza viene con cada silbo
Mientras el violinista se esfuerza
En los matices más agudos
Como yo me esfuerzo en morir a tu lado.

Y al igual que él sufro
Pues expiro en el aire
Y ahí mueren las notas
Como por ti muero yo.

El violinista amputado resopla
Como Moby Dick para Ahab,
Desafiante y colérico,
Mientras yo escucho, de fondo, tu voz.

Aún me llamas,
Aún estás,
Aún me quieres
Tanto como te quiero yo.

Wednesday, March 26, 2014

Anoto pensamientos en servilletas de aire
Mientras la Metafísica hace el resto
Para que pierda la idea,
Para que pierda el alma.

En cada fonema que pinto en ese aire
Dibujo cada matiz de tu cuerpo
Hasta que pierdo el seso,
Hasta que pierdo el alma.

Trazo conspicuos retazos de ti
Para que nadie pueda verte salvo yo
Y, así, perderme en tu memoria,
Y, así, perder entera mi alma.

Aboceto en hojas que nunca existirán
Mil palabras bajo tu piel de diosa
Para que no se pierda ninguna,
Para que sólo se pierda mi alma.

Goteo líneas incoloras que te definan
Ante Dios y ante el diablo
Hasta que pugnen por tu cuerpo,
Hasta que pierdan mi alma.

Escribo poemas que no existen
Sobre ti, que siempre existirás
Y, así, perderá Belcebú,
Y, así, perderá mi alma.

Tuesday, March 25, 2014

Me dejo morir tranquilo
En la puerta misma de la ciudad sin Dios
Por última vez te veo,
Hermosa y etérea como la primera.

En esta cloaca de este Jerusalén,
En el centro mismo de nada,
Escucho el rumor de tu perfume
Al caer por tu canalillo.

Y creo en Dios porque existes tú,
Y creo en ti que vives en la ciudad
Aunque en la ciudad no haya Dios
Y nunca tenga visos de haberlo.

Mi aliento se acaba
Como se acabó un día mi fe
En los dioses de ciudad,
Cualquier ciudad en la que no estés.

De nuevo atrona tu sonrisa
Al estirar tu boca
Que busco como al mismo Dios
Ahora que me marcho.

Y sé que esa sonrisa límpida
Me conducirá al centro mismo del Cielo
Aunque muera en los arrabales de la ciudad sin Dios
Porque muero hallándote, amor.

Dejo la vista como último órgano vivo,
Ya no escucho tu perfume,
Ni siento nada que venga de la urbe sin Dios,
Me centro sólo en tu imagen

Y dejo que la muerte me invada,
Por fin,
Mientras pienso un agradecimiento a Dios
Por dejarme a solas contigo, mi amor.

Alimenté con virutas de deseo
Cada bestia mínima que me carcomía.
Nutrí con tus palabras de futuro
Todo lo que me convertía en niebla,
                                      ¡Cuánto te amé!
¡Cuánto te amo!

Clavé con saña hierros del color de tus ojos
En el centro mismo de mi alma derramada.
Sacié la sed de aquel eterno deseo
Con la sangre que lloraba de cada jirón,
                                   ¿Cuánto me amaste?
¿Cuánto me amas?

De modo que todo me sabe a nada
Porque ya no quiero saber ni su sabor,
Porque sin ti la vida, mi vida, no sabe
Y sin saber ni sabor todo es sólo muerte
                                    ¿Aún me amas?
¡Aún te amo!

Wednesday, March 19, 2014

Abracé tu nombre antes que tu cuerpo,
Te ceñí a mí un día de octubre,
La emoción silenció el resto,
Te di arroz con verduras, Chantal.

Lloré tu ausencia hasta tener tu presencia,
Sufrí retrasos, burócratas y fines de la fe,
Hasta que mi corazón se paró en Kaya
Aquel día de octubre, Chantal.

Así que hoy es el día, ese día,
El día del padre y yo, yo lo soy,
Por fin, desde ese día de octubre,
Soy tu padre, Chantal.

Monday, March 17, 2014

Extraños cordones umbilicales
Hechos de fibra óptica digital
Me conducen todos a un pliegue
Y en ese pliegue estás tú.

Leo y releo tu nombre
Y busco ansioso tu imagen
Como el arrepentido busca a Dios,
Como Dios busca sus porqués.

Acelero mi pulso y mi alma
Cada vez que encuentro tu voz,
Cada vez que te veo y leo,
Cada vez que se transubstancia el sueño.

Y si los sueños se hacen tu boca
Y su más dulce sabor
Entonces bendigo cada línea,
Cada sueño

Porque cada uno de ellos eres tú

Tuesday, March 11, 2014

Mis versos son azotes
De recuerdos que hacen daño
De lo que pude ser y no soy,
De lo que me robaron,
De lo que me roban.

Me duele cada palabra,
Cada fonema no dicho,
Cada conversación silente,
Cada mirada y sonrisa,
Salvo que sean tuyas.

Entonces mis versos se vuelven flores
Donde eran saetas punzantes
Y el dolor suaves cosquillas
Que llevan tu firma,
Que llevan tu nombre.

Y las palabras,
Los fonemas,
Las conversaciones, miradas y sonrisas
Se transustancian en dos palabras:
Te amo.

Wednesday, March 05, 2014

Clavé mi alma en lo alto de un monte,
La dejé helar y casi morir,
Necesitaba que bajase ella sola,
Obligada a ser pura.

Pero no pura como dicen las iglesias,
No pura como vocean profetas y ministros,
Pura por ser libre,
Pura por ser sabia.

No sabría de su vuelta quizás nunca,
Pero me arriesgué.
No sabría nunca si era la mía,
Pero lo permití.

Sólo los dioses verdaderos,
Los que siempre se ríen,
La conducirían a mí limpia
Y no voceros o jueces crueles.

Pero no quería que su camino fuese recto,
No con la rectitud de los monoteísmos,
Sino con la puridad de lo que es bueno y sencillo,
Puridad anudada al amor.

No sabría si mi alma era mía,
Nunca lo sabría,
A no ser que hallase el amor...
Y entonces llegaste tú.

Ahora duermo tranquilo con mi alma,
Que ya no está exiliada,
Que ya no vive en el monte,
Enrollada a tu sonrisa.

Monday, March 03, 2014

Atravieso cruzadas de hielo
Sobre desiertos de fuego de arcángel
Cercenando pasados y presentes
En busca de futuros que no sean futuribles.

Me odio por ello, me odio,
Pero no dejo de usar el filo de esa espada
Que me permite respirar y esperar,
Mientras otros mueren o eso deseo.

Cada deseo de muerte me condena, lo sé.
Pero sigo en la lucha oscura por la vida.
Ser feliz es luchar por conseguir futuros
Y hacerlos por siempre presentes.

Ser feliz es ganar esta guerra
En la que me dejo la vida.
Ser feliz es olvidarme de mi pasado
Y concentrarme en ti.

Ser feliz es tirar la espada de san Miguel
Al fondo de ese océano de lágrimas
Que vierto cada atardecer por ti,
Que vierto sin ti, mi amor.

Atravieso guerras con la excusa de Dios
Donde no lucha por mí ni el diablo
Pero sé que al final de ese campo de muerte
Estarás tú, siempre tú, aunque muera.