Ya no miro tu foto,
Ya no busco tu imagen,
Ya no adoro el instante,
Ese istmo en mi isla
En el que te hallo en el foro.

Ya no creo en futuros,
Ya no hay zanahoria,
Ya no amoldo historias
Para encontrarte en mis sueños,
Para quedarme ante ti mudo.

Ya no rezo a ningún dios,
Ya no ensalzo la fe,
Ya no pronuncio ni amén
A la hora de acostarme
Porque lo hago sin tu amor.

Luego vendrá la tristeza,
Luego la mendacidad,
Luego vendrá, supongo, la paz
Cuando sea melancolía
Y dejes de hacer mella.

Y, aun así, te amo,
Y, aun así, te adoro,
Y, de paso, me arrincono
Para que nadie me vea llorar,
Para no pensar que fuiste algo malo.

Ahora toca saberme muerto,
Ahora toca conocer a Hades,
Ahora toca que mi fin me ampare
Hasta dejar de respirar
Y dejar de pensar que te quiero.

Ya no miro tu foto,
Ya no me clavo cuchillos,
Ya no tejo vidas sin hilo
Porque sé que no soy
Más que un mal tonto.

Salí esta mañana
Para robar un beso.
Dejé el frío, el reparo
Y hasta dejé al miedo
Sólo para dar un beso.

Vi dos manos dibujadas,
Busqué su saber,
Hallé en soledad la respuesta,
Porque lo que tenía que hacer
Era robar un beso, y qué beso.

Sudé silencios y ansiedades,
Lloré la arena del tiempo,
Soñé oscuridades perversas,
Pero al despertar hoy
Supe que quería robar un beso.

Así que reí ante el filo
Del frío de tanta ausencia
Hasta que se me clavase
En lo recóndito de unos ojos
Que me pedían robarles un beso.

Ahora sé que estoy solo,
Sé que lo estaré hasta mi fin
Pero el principio es, y será,
Que por fin supe qué hacer:
Y era robar un beso.

Me pierdo en tus ojos,
Me dejo caer, mecer y vivir
En ellos, sobre ellos.

Me sumerjo en tu mirada,
Me hundo, buceo, me alimento
De ella, por ella.

Todo lo demás será adorno,
Todo lo de menos serán palabras
Porque todo se mide en tu sonrisa.

En cada milímetro que estires
Tu linda boca, esa boca
Tan sabia para hablar, callar y amar.

Me sostienen tus pupilas,
Me abrazan, me abrigan, me acaloran
Desde ellas, sólo ellas.

Me mimo en tu mirar,
En tu soslayo, en tu observar, en ti.
Porque te amo, sé que te amo.

Todo lo demás son inanes intentos,
Fútiles alharacas, deseos ahogados
De ti, siempre de ti.

De cada lucha por medir tu piel
Con mis yemas, con mis ojos,
Tan hambrientos de decir te amo.

Me pierdo en tus ojos...


Amantes 35 -Nicoletta Tomás