Y camino despacio
Hacia el cielo que se encierra
En tu desnudez,
Hacia el Empíreo mismo
Que desata tu piel.
Y sonrío tranquilo
Ante el deseo que me alberga
Al besar tu ser,
Ante el fuego que me aguarda
Tras cada roce de tu boca.
Y por dentro soy locura
Ante cada orate expectativa
Que desboca mi alma,
Ante cada hambre de mis dedos
Por tocar la tuya.
Y, así, hasta el Cielo...
Ese lugar que mora en el deseo
Que emana del amor...
Del mismísimo amor
Que alienta nuestra pasión libre... Libre. Libre.