La Buganvilla
Las flores, en este caso la buganvilla, son de las pocas cosas universales que hay, que nos quedan. Sólo debemos pararnos a mirarlas, como las nubes o el curso de un río. No permitamos que nos las quiten los señores del poder, los esclavos del dinero. La libertad individual empieza por apreciar las grandes cosas que para ellos son ínfimas. Luego viene regalar a la persona amada tu visión de esa imagen mientras le tomas la mano. Y después esperar a que el amor fluya. Ese amor que, como sigan así las cosas, será sin nido porque los señores del poder cegados por el brillo que les regalan los esclavos del dinero no hacen nada para que nos podamos amar, reproducir y morir en un hogar. ¿Verdad que son tristes estos tipos con sus trajes de firma, sus corbatas de seda y su soberbia en continua expansión? Por eso he puesto esta flor, porque estoy harto de ellos y me gusta decir que soy libre ya que prefiero mirar una buganvilla en tus manos que cheques desmesurados en las de ellos. Cuando llegue mi día, allá en Santorini, podré contar que amé, viví y aprecié y ellos, qué dirán ellos: ¿gané, jodí, maté de hambre por un mísero porcentaje adicional?
Esta imagen es para aquellos que disfrutan más amando, viviendo y apreciando. Gracias por estar ahí frente a toda esta invasión de horteras ansiosos por llenar un poco más sus bolsillos.