Quizás mis luces se apaguen,
Seguro que mi todo será nada,
Qué más da... Puedo decir, sí,
Puedo decir que te amé.

El león perderá fiereza,
Las hazañas serán leyendas,
Los árboles trozos de leña
Da igual... Te amé.

Los mitos caerán despacio,
Los demás pasaremos rápido,
Qué más da... Afirmo rotundo, sí,
Que te amé. Que te amo y te amaré.

Mis dedos tocará siempre tu piel,
Mis sueños enhestarán el vello de tu sexo,
Qué más da el resto... Yo lo puedo decir, sí:
Puedo gritar al mundo que te amé, amo y amaré.



Bruno Vepkhavdze, 2018

La inspiración,
La espiración hasta expirar,
Y todo al imaginar mi deseo,
Al soñar tu desnudez...
Y la tuya.

Ahora mismo, hoy,
Ahora que me ha tocado la muerte
Pienso en el amor,
Platónico y carnal contigo...
Y contigo también.

Después llegará,
Cuando tenga que llegar,
Y yo le pediré a Quien sea
Una prórroga para amarte...
Y amarte.

Ya no sonrío,
Ya no, si no es en tus labios,
Ese rojo fulgor vital
Que me llama en cada sueño...
Y en cada labio.

Silencio,
Silente, debo callar,
Para decirte te amo
Con el fondo de mis ojos...
Sobre los tuyos y tuyos.

Así que pensaré en la curva de tu pecho,
En la suavidad de tu piel,
En el sabor de tu boca
Y el color de tu sexo...
Y en el tuyo también.

Más silencio,
Más te amo ciegamente,
Más deseo contenido,
Reprimido para no perderte...
Y a ti también.