Hojas

Cayeron las hojas,

Aunque sea verano.

Cayeron,

Cayeron,

Las hojas del calendario.

Cayeron descuidadas,

Cayeron para no volver,

Cayeron y en ellas te busco,

Tras ellas te espero,

Por ellas sigo esperando.

Malditas hojas caídas,

Malditas distraídas y olvidadas,

¿Por qué caísteis?

Cayeron hojas antes de otoño,

Y tú vas con ellas,

Y tú vas,

¿Volverás en otoño?

¿Volverás?

Dame una respuesta

Entre esa maraña de hojas

Antes de que llegue el otoño

Y tus hojas se mezclen con las de los plátanos,

Ufanos de su desnudez,

Engreídos de su belleza.

Vuelve

Y di mi nombre

Acompañado de un "te quiero".

Ridículo y asco

Ridículo en tu presencia,

Asco en tu ausencia... ¡Dios!

Trato de exonerar mi miseria,

El asco que me produzco.

Trato, y no puedo,

De limpiar ese tufo a fracaso,

De inmacular lo sucio,

De purificar lo corrupto,

De ser el bien en mi maldad.

Por qué no me muero,

O me matas tú, Dios,

Y, así, dejaré de arrastrarme

Entre lo ridículo y lo asqueroso.

Mátame...

Mátame...

¡Matátame!

Profundo a la hora de morir,

Quizás ya esté muerto,

Creí que estaba vivo,

Pero no lo superé...

No.

Estoy en el infierno,

En el reino de Plutón,

Soy Prometeo con el hígado devorado,

Sísifo subiendo la piedra,

Soy el suicida que lo consiguió

Y su condena es no saberlo.

Mi condena.

Por eso sufro tanto,

Por eso la felicidad,

Mi felicidad,

Es tan efímera.

No encuentro otra explicación.

Si la condena para el suicida es seguir

En el medio que le llevó a ello,

Enhorabuena, Supremo Juez,

Lo has conseguido:

Voy a penar para los restos.

Si no...

Sácame de esta pesadilla infame,

De este penoso sueño en un jardín enrevesado,

De este penal que da pena,

De esta tortuosa tortura,

De este azote que me azota

Hasta dejar hecha jirones mi alma.

Si estoy muerto:

Déjame morir en Paz.

Paz.

Si estoy vivo,

Quiero vivir feliz.

Feliz.

Como Susan Hayward:

¡Quiero Vivir!

Centauros afeitados,

Minotauros sin cuernos,

Putas vírgenes

Y en medio de esta fauna estoy yo.

Me duele cruzar sabanas ausentes,

Desiertos de oscuras almas,

Selvas repletas de nada

Y en el centro mismo de este hábitat estoy yo.

Mares de pena,

Ríos que no desembocan,

Lagunas que se secan

Y en la mitad de esa nada de agua sigo yo.

Por eso aguardo sin esperanza,

Pero aguardo,

Tu llegada,

Tus caricias,

Tus besos,

Todo lo que me das,

Aunque sólo sea: amor.